El oro no es una inversión segura

Tal vez ha visto los comerciales en la televisión, videos en Internet o ha recibido algo por correo. Pronostican la inestabilidad económica y utilizan gráficos de desempeño pasado para "comprobar" que el oro, la plata o algún otro metal precioso no sólo es su apuesta más segura, sino que está destinado a duplicar o triplicar su valor.

La verdad es que tanto el oro como otros metales preciosos son muy volátiles y el rendimiento pasado no es un buen indicador de rendimientos futuros. Si los argumentos de venta también incluyen muchas tácticas de venta pesimistas o de alta presión, podrían estar preparándole un fraude.

Todo lo que brilla

Los bancos y otros grandes inversores compran oro, otros metales preciosos y materias primas como el petróleo, para protegerse contra la inflación y otros riesgos económicos. Algunos asesores de inversiones pueden incluso recomendar que los inversores individuales inviertan también pequeños porcentajes de sus carteras diversificadas en metales preciosos. Pero eso no significa que el oro, la plata u otros metales sean lugares “seguros” para depositar su patrimonio.

Al igual que otros productos básicos, los precios de los metales preciosos aumentan a medida que aumenta la demanda, por lo que cuando la ansiedad o la inestabilidad económica son altas, las personas que normalmente se benefician de los metales preciosos son los vendedores. Las primas, tarifas y comisiones también pueden reducir las ganancias de su compra. Si está financiando su compra y no recibirá el metal físicamente, verifique que el vendedor o la empresa esté registrado con la Asociación Nacional de Futuros. Si no lo están, es probable que estén infringiendo la ley y usted debe enviar una queja a la CFTC de inmediato.

En 2011, la Ley Dodd-Frank de Reforma de Wall Street y Protección al Consumidor prohibió efectivamente la mayoría de los contratos minoristas de venta libre que involucraban oro, plata y otros metales. No se permite a ninguna entidad comercial realizar transacciones de productos básicos fuera de una bolsa utilizando préstamos o márgenes. Sin embargo, la ley no se aplica a las transacciones de metales que resultan en una entrega física dentro de los 28 días posteriores a la compra.

Las empresas que venden y entregan metales preciosos a clientes minoristas en un plazo de 28 días tampoco tienen que estar registradas ante los reguladores de valores.

Por ejemplo, en un caso reciente, la CFTC ordenó a un individuo y su empresa, Southern Trust Metals, Inc., pagar más de 2.5 millones de dólares en restitución porque afirmaban haber comprado metales preciosos físicos que supuestamente se encontraban en depósitos en Londres o en Hong Kong. A los clientes se les dijo que podían comprar metales adicionales con préstamos ofrecidos por la empresa. En realidad, no se compró ni se vendió ningún metal y los acusados no otorgaron ningún préstamo. En cambio, transfirieron los fondos de sus clientes para participar en operaciones con derivados con margen. Estas prácticas son ilegales, y son frecuentes.

Invirtiendo en metales

Hay varias formas de comprar y vender metales preciosos. Puede comprar lingotes o monedas en un banco u otro comerciante. Pagará el precio al contado más un margen o “prima”. Le interesa comparar las primas de varios vendedores para asegurarse de obtener el mejor precio. Para obtener ganancias, el precio al contado necesitara aumentar lo suficiente como para cubrir la prima más cualquier otro costo asociado con la venta del metal. Puede obtener más información sobre qué considerar al comprar monedas y lingotes en el sitio web de la Comisión Federal de Comercio.

Los aseguradores y especuladores también compran metales preciosos en los mercados de futuros. Los aseguradores utilizan los mercados para fijar precios de entrega a futuro. Los especuladores intentan ganar dinero con las negociaciones y añadir liquidez al mercado.  

Usted compra contratos de futuros utilizando margen, lo que significa que puede controlar una posición de contrato grande con una cantidad relativamente pequeña de efectivo. Por ejemplo, el oro se negocia en contratos de 100 onzas. Si desea comprar un contrato de oro de diciembre por valor de $132.170 ($1.321,70/onza x 100 onzas), necesitaría mantener una cantidad de margen de $5.400. Esta cantidad de apalancamiento podría significar grandes ganancias si el precio del oro sube, pero podría agotar completamente sus fondos si los precios caen. Esto es porque por cada dólar que baje el precio, perderá 100 dólares. Ese dinero sale de su cuenta de margen y debe ser reemplazado. Para dejar a cero su inversión inicial de $5.400, basta con que el precio al contado cayera alrededor de un 4 por ciento.

Los precios de los metales preciosos están determinados predominantemente por la oferta y la demanda, pero también pueden verse afectados por otros agentes externos. Estos pueden incluir las expectativas sobre la inflación, la solidez del dólar frente a otras monedas, ciertos eventos geopolíticos y actividad relacionada en el mercado de productos básicos, como sería el precio de otros metales preciosos o los precios de otros productos básicos. Además, a menudo existen tarifas sustanciales asociadas con la apertura y el mantenimiento de una cuenta. Estos no incluyen las comisiones, que podrían alcanzar más del 15 por ciento sobre el monto apalancado. Los costos pueden acumularse rápidamente.

Señales de advertencia

  • No confíe en las llamadas no solicitadas y exigencias para actuar inmediatamente. Ninguna empresa o corredor de bolsa reconocido necesitaría desplegar tácticas de alta presión. De hecho, si recibe una llamada no solicitada, simplemente cuelgue el teléfono.
  • Tenga cuidado con las ofertas hechas en televisión, radio o Internet, especialmente si usan un nombre que suena como el de una agencia gubernamental oficial.
  • Desconfíe de quien asegura grandes rentabilidades con muy pocos riesgos, o de quienes ofrezcan garantías o acuerdos que limiten sus pérdidas.
  • Esté atento ante ofertas que le exigen pagar sólo un pequeño porcentaje del precio total de compra, o que le permiten pagar con un préstamo financiado por la empresa.  
  • Tenga cuidado con quienes aseguran que el metal que compre se almacenará en su nombre en un banco u otra instalación.