Esté alerta a los fraudes que buscan sacar provecho de la volatilidad del mercado relacionada con eventos importantes

Realice un control

Una de las mejores maneras de protegerse de una estafa es realizar primero un control para saber si la persona o la empresa que le vende asesoramiento o le pide dinero está o fue registrada en la CFTC. El registro no garantiza que no haya estafa, pero sí significa que los inscritos aprobaron rigurosas pruebas de controles de antecedentes y de aptitud, y que las empresas cumplen con determinados requisitos financieros y de protección al cliente.

Visite cftc.gov/check para obtener información sobre lo siguiente:

  • Asesores, corredores de bolsa, operadores de fondos comunes de productos básicos, minoristas de divisas.
  • Información sobre cómo verificar plataformas virtuales de comercio de moneda.
  • Enlaces con otros entes reguladores que ofrecen controles similare

Los futuros y las opciones sobre productos básicos les permiten a los inversionistas protegerse de los riesgos del mercado. Históricamente, los futuros sobre el oro y otros metales preciosos sufrieron aumentos a corto plazo en momentos de incertidumbre económica. Es posible que los inversionistas en activos digitales de venta libre o de divisas sepan detectar pares con valor en alza cuando otros mercados están en decadencia. Sin embargo, las estrategias sin riesgo no existen, y ninguna persona o programa puede garantizar resultados futuros. De modo similar, todos los riesgos, las comisiones y los gastos deberían informarse por adelantado. Si piensa entregar dinero o activos a una persona o a una empresa para que invierta en futuros, opciones, divisas o contratos apalancados de productos básicos en representación suya, cerciórese de que estén registrados en la CFTC.

¿Qué debe tener en cuenta?

Los estafadores suelen usar acontecimientos importantes en las noticias para sumar credibilidad a sus engaños o manipular las emociones. Puede protegerse mejor aprendiendo a reconocer los sesgos mentales frecuentes que tenemos todos, además de las tácticas de engaño habituales, y adoptando algunas medidas preventivas. Reportar las estafas que usted advierta también puede ayudar a proteger a los demás en esta época difícil.

Vea más allá de los puntos ciegos mentales

Comerciar e invertir conllevan una serie de sesgos y emociones que inciden en la toma de decisiones. Por ejemplo, las pérdidas económicas a causa de un acontecimiento pueden motivar a algunos inversionistas a recuperar lo perdido, mientras que posiblemente otros vayan a lo seguro. Los estafadores lo saben y diseñan sus discursos para apelar a esos instintos. Algunos ejemplos son las afirmaciones acerca de contar con conocimientos o información privilegiada especial, las promesas de réditos inusualmente grandes, las garantías, las señales de inversiones con éxito asegurado o los costos bajos para abrir una cuenta. Y estas ofertas se programan para llegar a su casilla de correo o a sus redes sociales cuando más está interesado.

Suele decirse que “si la limosna es grande, hasta el santo desconfía”. Pero, a menudo, las estafas logran su objetivo porque tienen buen aspecto. El problema, incluso para los inversionistas con experiencia, es que, cuando se interponen los sesgos, se dificulta distinguir lo que aparenta ser demasiado bueno. Numerosos estudios revelaron que aquellos que cuentan con más experiencia y conocimientos financieros son quienes más probabilidades tienen de ser víctimas de una estafa por inversión. Podría existir una correlación: quienes cuentan con más conocimientos financieros tienen más probabilidades de invertir y, por ende, también más probabilidades de toparse con estafas. O, como consideran algunos investigadores, el exceso de confianza podría llevar a algunos inversionistas a omitir la importante diligencia debida.

Otros sesgos cognitivos frecuentes que podrían llevar a los inversionistas a confiar en estrategias fraudulentas incluyen los siguientes:

  • Sesgo de confirmación. Se trata de la tendencia a dar más crédito a la información con la que estamos de acuerdo y a desestimar las advertencias o la información que disiente con nuestro punto de vista. Por ejemplo, si usted cree que determinado producto es una inversión segura, es más probable que crea en los discursos que avalan esta idea y que restan importancia a los riesgos del producto.
  • Sesgo de la mano caliente. Consiste en creer que un resultado exitoso en el pasado cercano garantiza éxitos futuros, como un apostador que acierta varias veces al arrojar los dados. Nos lleva a desconsiderar las probabilidades y la arbitrariedad de los mercados. Las falsas estrategias de cambio o señales de opciones binarias, o los programas de capacitación sobrevaluados a menudo combaten este sesgo.
  • Sesgo del costo hundido. Se trata de la voluntad de invertir más dinero, en lugar de reducir pérdidas, por considerar que las cosas darán un giro o porque ya se ha invertido demasiado. Hace poco, la CFTC recibió cientos de quejas por estafas de “comerciantes” de activos digitales o divisas en internet que prometen ganancias enormes en cuestión de días. Luego de depositar algunos cientos de dólares en criptomoneda, los inversionistas reciben una serie de afirmaciones falsas acerca de ganancias abultadas. Cuando los inversionistas intentan cobrar, les dicen que deben pagar una comisión para recibir sus ganancias. Cuando pagan la comisión, les dicen que deben pagar un impuesto, luego más comisiones, etc. Nunca envíe dinero para recibir lo que ya le pertenece.

Tácticas de estafa frecuentes

Si bien los relatos en torno a las estafas pueden variar de un caso a otro, las tácticas que se emplean son bastante frecuentes e incluyen las siguientes:

  • Ganancias descomunales. Se trata del “factor sorpresa”. La promesa de grandes sumas de dinero suele ir de la mano de garantías o promesas de riesgo escaso o nulo.
  • Urgencia. Muchas veces, los estafadores presionan a los inversionistas para que actúen de inmediato, antes de que cambien las condiciones del mercado. El temor a perder la oportunidad es un gran motivador, y, por eso, esta táctica es tan frecuente. La presión para actuar con rapidez le advierte que debe poner un freno. Verifique lo que le dicen. Recíbalo por escrito. Y pídale opinión a personas de confianza.
  • Desarrollo de la credibilidad. ¿Usted le daría su dinero a cualquiera? No. Por eso, los estafadores generalmente usan credenciales imprecisas e incomprobables, como “genio de los fondos de cobertura”, “leyenda de las inversiones” o “asesor de las empresas más importantes de Wall Street”. Verifique si la persona está registrada en la CFTC u otros entes reguladores en cftc.gov/check.
  • Testimonios. Las plataformas de internet destacan los comentarios de los clientes. Las redes sociales muestran capturas de pantalla de clientes satisfechos que afirman haber obtenido ganancias considerables. Estas estrategias también buscan ganar su confianza al confirmar que otras personas “reales” lo hicieron y triunfaron, así que seguramente todo saldrá bien.
  • Reciprocidad. Con frecuencia, los engaños ofrecen un obsequio a cambio de una dirección de correo electrónico. Podría ser una demostración gratuita, un curso o un libro gratis, algún vale u otras promesas. Sin embargo, una vez que los estafadores consiguen la dirección de correo, se ponen a trabajar. Las ofertas y los pedidos comienzan a incrementarse y a volverse más frecuentes, hasta dejar secas a las víctimas.

Si cree haber sido víctima de una estafa, puede aportar datos en cftc.gov/complaint.


Esta Defensa del Consumidor fue elaborada por la Oficina de Educación y Compromiso con el Consumidor de la Comisión de Negociación de Futuros de Productos Básicos de Estados Unidos. Su único propósito es proporcionar información general, y no brinda asesoramiento legal o de inversión a ninguna persona o entidad. Consulte a su propio asesor legal antes de adoptar cualquier medida sobre la base de esta información.